La revisión:
  Cuando finalmente hemos terminado nuestro ensayo es menester revisarlo cuidadosamente: lo primero que haremos es quitar los sobrantes, eliminar la paja y todo aquello que no sea indispensable dentro de nuestra argumentación. Recordemos la máxima de Garcilaso: "Lo bueno si breve, dos veces bueno; lo malo, si breve, un poco menos malo". Comencemos con los adjetivos inútiles, repeticiones, frases ambiguas o demasiado complejas, frases demasiado largas, etc.

Por último es detectar cuando el orden no es el más claro o el más adecuado y corregirlo, finalmente nos daremos cuenta si nos faltan párrafos explicativos, ejemplos o pruebas que fundamenten nuestro dicurso y las añadiremos.